El poder de una pequeña caricia @Adamesilvia #Alzheimer


Como no podía ser de otra manera, apareciendo fotografías de mi conejo, y habiendo sido entrevistada para la publicación de esta noticia, me veo obligada a compartirla.

Personalmente, trabajo la expresión de la afectividad, las relaciones positivas entre los propios mayores y las reminiscencias, habiendo conseguido que personas con demencia severa recuerden episodios de su vida que, de otra manera, puede que no hubieran accedido a su consciencia. Es una actividad muy satisfactoria para mi, ya que ellos se ven inmensamente felices al ver el cariño y la atención que les demandan los animales. Os dejo el artículo.

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02/12/2013 

El poder de una pequeña caricia

Una treintena de mayores del centro residencial Costa Nevada de Motril se benefician de un programa de terapia con animales.

Los sentimientos revelan el lado más grandioso del ser humano; algo que puede llegar a ser realmente sorprendente, tal y como ha ocurrido en el centro residencial Costa Nevada de Motril, donde un programa pionero en la zona está consiguiendo que un numeroso grupo de personas mayores se beneficie, en todos los sentidos, de la relación con animales de compañía y mascotas, generando una positiva interacción de la que resultan consecuencias extraordinariamente positivas para estas personas, algunas de ellas enfermas de Alzheimer o cualesquiera otra patologías.

Se trata de una experiencia en la que se ha volcado toda la comunidad profesional del centro y que genera una valiosa impresión para todo el que ha presenciado las sesiones semanales.

La experiencia, ya desarrollada con éxito en varios ámbitos más tanto hospitalarios como asistenciales, fue trasladada al centro residencial Costa Nevada hace pocos meses; primero se establece un contacto a nivel motriz al que sigue el contacto verbal. Se trabaja con animales muy receptivos a las personas “y en las personas se desarrolla aún más el lenguaje, las actividades psicológicas, la afectividad, la impulsividad, etc…”, explica la fisioterapeuta de Costa Nevada, Natalia Domínguez Mejías.

Las consecuencias positivas se reflejan en muchos frentes. Por lo pronto, el contacto visual, olfativo y auditivo de los mayores con los animales disminuye los niveles de cortisol, que es lo que provoca la agitación y por tanto en algunos casos la esa relación del mayor con el animal disminuye incluso la agresividad que padecen algunos residentes. La repercusión es positiva en pacientes de Alzheimer, demencias y un largo etcétera.

“Es emocionante ver la reacción de algunas de estas personas cuando ven llegar a los animales, su expresividad se desborda”, relata la psicóloga, Silvia Adame.

Los animales terapeutas por excelencia son el caballo, el delfín y el perro. Lógicamente, en lugares como el centro residencial motrileño se trabaja con animales pequeños, especialmente perros, conejos, gatos, etc… Desde la puesta en marcha de esta experiencia todo son emociones y sensaciones difíciles de explicar, pues hay mayores cuyo contacto con la mascota genera un increíble caudal de cariño, que se canaliza de un modo terapéutico y que contribuye indiscutiblemente a la mejora de la calidad de vida de los residentes, muchos de los cuales rememoran sus propias vivencias mientras acarician o hablan a sus mascotas, recuerdos que en muchos casos se habían extinguido o que permanecían muy ocultos. El poder de una pequeña caricia de los mayores, mientras acogen en brazos un conejito, es algo que sencillamente no tiene palabras.

Un valioso recurso

Los trabajadores se muestran muy sorprendidos por la inercia que se ha creado con esas pequeños e intensos recuerdos. Natalia Domínguez explica que esta experiencia es habitual en muchos hospitales, sobre todo con niños, donde se genera algo muy especial entre estos y las mascotas; lo que hacía perfectamente extrapolable el programa al ámbito geriátrico, en donde está resultando ser algo francamente positivo. “Los animales vienen una vez a la semana, por la mañana que es cuando las personas mayores están mucho más receptivas”, explica la fisioterapeuta.

En la actualidad, participan una treintena de usuarios del centro repartidos en pequeños grupos… “son momentos en los que se fomenta el contacto con la realidad, estimulándose a personas que son muy dependientes”, explica Domínguez. Se trata de resultados que no se pueden conseguir por otros medios, utilizándose al animal como recurso terapéutico