Recomendaciones para escoger un producto de apoyo para la movilidad


Ayudas Técnicas para la Movilidad Personal

Publicado en Infoelder.com

El número de personas con discapacidad en España alcanza los 3,8 millones. Para todos ellos existen numerosos productos o ayudas técnicas que ayudan a realizar las actividades de la vida cotidiana. La experta Silvia Adame Fernández nos explica cuáles son las principales recomendaciones  para escoger un producto de apoyo a la movilidad o una ayuda técnica.  

Proporcionar apoyo a las personas con dificultades para moverse por sí mismas es esencial para su autonomía. Poder desplazarse de un lugar a otro con total libertad es un gran logro. En este sentido ¿Qué son las ayudas técnicas o productos de apoyo? ¿Cómo pueden ayudar a mejorar la movilidad? 

Podríamos definir una ayuda técnica o producto de apoyo como un utensilio o instrumento destinado a disminuir una discapacidad, realizando la función que la persona no puede hacer. Estos productos son muy variados. Por ejemplo, existen diversos tipos debastonesandadores o caminadores, sillas de ruedas grúas adaptadas a las necesidades de la persona.

En la actualidad los productos de apoyo son muy utilizados, más aún, por las personas mayores. Estos productos tienen una serie de ventajas, entre las cuales podemos destacar su flexibilidad, adaptabilidad, son fáciles de usar y requieren un esfuerzo físico reducido.

¿Cómo elegir el producto de apoyo más adecuado? Para elegir el producto más adecuado es recomendable buscar asesoramiento de personal cualificado. Por ejemplo, en las oficinas de la Cruz Roja se ofrece un servicio de asesoramiento para productos de apoyo. También, la seguridad social y las comunidades autónomas suelen ofrecer prestaciones económicas para su adquisición. Además, la página web del Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT) proporciona una gran variedad de productos de apoyo para realizar actividades diarias.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que cada producto de apoyo tiene una función concreta y es específico para un uso concreto, con lo cual, su elección dependerá de las características de cada persona, teniendo en cuenta las características físicas y psíquicas del usuario, así como las necesidades a cubrir por la ayuda buscada. Por ello, en la elección del producto de apoyo deben implicarse, además de la persona usuaria y la familia, profesionales con conocimientos de estas ayudas, como pueden ser un fisioterapeuta o terapeuta ocupacional.

Muchas veces, en la adquisición de un producto de apoyo para la movilidad se escoge el producto más adecuado, dado que en el momento de comprarlo, la familia se informa de aquel que mejor se adecua a la persona. Sin embargo, son muchas las ocasiones en las que una persona necesita una ayuda y se le asigna un producto de otra persona. Cuando los productos de apoyo se usan sin haber sido escogidos de acuerdo a las características concretas de la persona y sus necesidades, estos productos dejan de ser una ayuda. En estos casos, el producto de apoyo puede provocar caídas, con las consecuencias tan negativas que acarrean a las personas mayores; o puede hacer que la persona empeore físicamente.

En los centros, profesionales como el fisioterapeuta o terapeuta ocupacional deberían formar al resto de profesionales del riesgo que conlleva asignar una ayuda a un usuario sin estar adaptada a sus necesidades y, en casa, informando de la especificidad de estos productos a los cuidadores, podremos prevenir el uso inadecuado de las ayudas. En otras ocasiones, los productos de apoyo pueden ser inadecuados cuando cambian las características físicas o psíquicas de la persona mayor y, en consecuencia, sus necesidades. Los productos de apoyo no tienen por qué ser para siempre, es decir, las necesidades de la persona pueden cambiar y, con ello, la necesidad de usar una ayuda diferente a la que usa actualmente.

Puede ser que la dificultad de la persona sea mayor y ésta necesite otro tipo de ayuda, o puede cambiar su dependencia psicológica y la persona ya no es capaz de usar esa ayuda y necesita otra que se adapte a su deficiencia. Este es un problema que a veces no se tiene en cuenta, dado el desconocimiento y tendemos a pensar que la persona ya tiene su ayuda y no nos preocupamos de pensar si es realmente la adecuada. Por ello, se recomienda evaluar la necesidad de la persona cada cierto tiempo.

A modo de conclusión, los productos de apoyo son realmente útiles para las personas con dificultades para la movilidad, dada la multitud de ayudas existentes, su adaptabilidad y fácil uso. No obstante, estas ayudas dejan de ser una ayuda y comienzan a ser un problema cuando no se adaptan a las necesidades concretas de la persona y se le asigna un producto que puede empeorar su situación. Además, es muy importante saber que las ayudas no son para siempre y las necesidades de las personas van cambiando, con lo cual, debemos estar atentos para darnos cuenta de cuándo la persona necesita una ayuda diferente, que se adapte mejor a sus necesidades y mejorar su calidad de vida. Por último, es tarea de los profesionales dar a conocer la variedad de estas ayudas, su uso adecuado e inadecuado, así como la disponibilidad de subvenciones y ayudas públicas para su adquisición. Siempre con la finalidad de facilitar a las personas la accesibilidad a estas ayudas con miras a la mejora de la calidad de vida de la persona con dificultades.

Escrito por:
Silvia Adame Fernández
Máster en Gerontología, Dependencia y Protección de los Mayores

http://blog.infoelder.com/ayudas-tecnicas-para-la-movilidad-personal

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